
Bernat Amat
de Claramunt
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Bernat Amat de Claramunt
Antes de nacer, Bernat Amat de Claramunt ya tenía el mundo a sus pies, pero era un mundo cambiante. Su familia, los Claramunt, tenía el favor de los condes de Barcelona, de los que había recibido el título de vizcondes de Tarragona. Con Tarragona aún por conquistar, un malabarismo sucesorio les brindó el rico vizcondado de Cardona. Bernat Amat llevaba puesto el sombrero de Cardona, pero su cabeza acumulaba el bagaje de los Claramunt.
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El vizcondado de Cardona. Los señores de la sal
El avance del condado de Osona hacia el sur, en época de Wifredo el Velloso, llegó hasta las actuales comarcas del Bages y de la Anoia. Los condes nombraron vizcondes de Osona a unos delegados suyos. A finales del siglo X, el vizconde Ermemir II se instaló en Cardona, y su sobrino y sucesor, Eribau, se hizo nombrar vizconde de Cardona, no en balde, ya que era un lugar seguro y controlaba unas minas de sal riquísimas. Los Cardona acumularon un gran patrimonio, pero su poder iba más allá de sus territorios: algunos miembros de la familia fueron nombrados obispos de Vic, de Urgell y de Barcelona. Solo había un peligro que les quitara el sueño: no poder perpetuar su linaje. Y ese siglo XI les deparaba un trance importante…
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[toggle title=»INTRODUCCIÓN»]
La herencia de Wifredo el Velloso
(siglos XI-XII)
En la época de Wifredo el Velloso, toda la comarca de la Anoia quedó incorporada a sus condados. No obstante, 100 años después todavía no era un territorio seguro. La débil frontera que separaba a los cristianos de los sarracenos a menudo era traspasada por las espadas. Y, los primeros en sufrirlo, los más vulnerables, eran siempre los colones.
A lo largo de la primera mitad del siglo XI, los herederos de Wifredo lucharon por conservar este territorio promoviendo repoblamientos, levantando fortificaciones y, cuando tenían la ocasión, saliendo al ataque. Pero todo cambió a mediados del siglo XI. El aumento del poder de los condes y la división del califato de Córdoba en taifas no propició un avance de la frontera, sino un estancamiento, ya que los condes preferían cobrar tasas a las taifas andalusíes y expandirse hacia Occitania. En el siglo XII, los condados catalanes ya eran maduros y fuertes, y optaron por derrumbar la frontera que se habían autoimpuesto en el sur.
Durante aquellos 150 años, se movieron por la comarca de la Anoia grandes personajes: nobles, obispos, guerreros y diplomáticos. Todos ellos dejaron huella y todos protagonizaron luchas memorables.
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