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Dalmau I de Queralt y Rocabertí

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Dalmau I de Queralt y Rocabertí

Durante la guerra contra Castilla, Pedro el Ceremonioso designó a Dalmau jefe de las fuerzas fronterizas. A raíz de su buena intervención en ese combate, también participó en la defensa de Cataluña durante la invasión del infante de Mallorca. Hombre de confianza del rey Pedro, acompañó a la infanta Leonor a Castilla para casarse con el rey (de cuyo matrimonio nacería Fernando de Antequera). Posteriormente, Dalmau fue consejero y camarlengo del rey, y también consejero del infante Juan. Este último le vendió varias señorías, pero al final resultó que no eran suyas, sino de su mujer Violante de Bar.

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Los Queralt: señores de espada y letras

En el siglo XIV, la familia Queralt ya no vivía en el castillo que les daba nombre. Se habían trasladado a la villa de Santa Coloma de Queralt, una ciudad rica y activa, especialmente gracias a su comunidad judía. A diferencia de otros lugares, los barones de Queralt tenían jurisdicción directa sobre los judíos de Santa Coloma, lo que les proporcionaba un poder estable. Esta base hacía que los Queralt estuvieran especialmente interesados en proteger y ampliar su territorio, al mismo tiempo que no descuidaban sus relaciones con la monarquía ni su participación en la política internacional.

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Ruta
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Al servicio de Pedro el Ceremonioso
(siglo XIV)

El siglo XIII había supuesto el estallido del poder catalán en el Mediterráneo: Jaime I había incorporado a la Corona los reinos de Mallorca y Valencia, su hijo Pedro II había añadido Sicilia, y su nieto Jaime II, Cerdeña. No obstante, los hijos de los monarcas se habían ido repartiendo los reinos, lo que incluso había provocado enfrentamientos entre ellos.

Resolver este problema fue el principal objetivo de Pedro III el Ceremonioso en el siglo XIV. Durante los más de 50 años de reinado, centró sus esfuerzos en reunificar todas las posesiones de la familia. Cuando murió, Pedro III era rey de Aragón, de Mallorca, de Valencia, de Cerdeña y de Córcega, conde de Barcelona, de Rosellón y de Cerdaña, y duque de Atenas y de Neopatria. Para lograrlo, Pedro tuvo que enfrentarse con Castilla y Génova.

La actual comarca de la Anoia se quedó al margen de la mayoría de los escenarios de batalla de la época. Esto, que era una bendición para la población civil, suponía un quebradero de cabeza para la nobleza militar, ya que los nobles no tenían suficiente con las riendas que les daban los castillos, sino que necesitaban participar de las ganancias de la guerra. Por este motivo, tuvieron que enrolarse al servicio de la Corona para optar a cargos públicos en el Principado o en las nuevas posesiones. Así pues, en el siglo XIV, los nobles de la Anoia estaban repartidos por Mallorca, Cerdeña i Sicilia. Pero, ¿es realmente cierto que sus luchas por el poder no llegaron hasta la Anoia?

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