
Saurina de Claramunt
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Sin hermanos hombres, a finales del siglo XII Saurina de Claramunt heredó el señorío de Claramunt. Enviudó joven y, en 1205, asumió su señorío en solitario y veló por el futuro de su hijo Guillermo, menor de edad. El linaje de los Claramunt estaba en una situación delicada, que ella, con gran astucia, supo defender de las amenazas exteriores. Una de esas amenazas era el conflicto con Bernat de Montbui, con quien compartía intereses y límites señoriales.
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Los Claramunt: la mano derecha de los condes
Entre finales del siglo X y principios del XI, los condes de Barcelona confiaron a los Claramunt la defensa de la Anoia ante las incursiones musulmanas. Desde el castillo de Claramunt y gracias a la posición avanzada de la Torre de Claramunt, estos señores cumplieron su función y se enriquecieron, lo cual les dio un papel relevante en la corte de Barcelona y les valió el nombramiento de vizcondes de Tarragona. Este ascenso dentro de la nobleza se afianzó cuando emparentaron con los Cardona y los Montcada. Los Claramunt seguían siendo la mano derecha del conde de Barcelona, pero empezaban a tener una política y unos intereses propios. Durante los siglos XII y XIII, los Claramunt, hombres y mujeres audaces, se posicionaron siempre del lado de los condes. Bueno, casi siempre…
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[toggle title=»INTRODUCCIÓN»]
A la sombra del rey Jaime I
De las luchas internas a la conquista de nuevos territorios
El siglo XIII fue determinante para los castillos de la Anoia y sus habitantes: pasó de ser una tierra de frontera a ser la cuna de los conquistadores y los colonizadores de los reinos sometidos por Jaime I. La baja nobleza de la Anoia era castellana (guardiana) de los castillos, pero no era propietaria. La expansión supuso para ellos una forma de enriquecimiento y gloria militar. Por otro lado, el rey Jaime, cuestionado en su juventud por los nobles (entre los que también se encontraban los habitantes de la Anoia), conseguirá convertirse en la figura central de esa época gracias a su lideraje en la conquista.
La actual comarca de la Anoia se convirtió en el tablero de una partida de ajedrez a cuatro bandos. Los Claramunt señoreaban el centro y el sur de la comarca, los Cardona ya se habían apoderado de Ódena y Castellolí, el rey tenía posesiones en Piera y Cabrera, y la Iglesia velaba por sus intereses en la villa de Igualada y el extremo sur del actual término de Piera. Estos cuatro poderes mantuvieron relaciones constantes, y no faltaron los pactos, las traiciones, los crímenes y los gestos de audacia.
La partida para hacerse con la Anoia pasó por numerosos intercambios de poder y fue clave para el futuro del país. ¿Cómo consiguió Jaime I superar las revueltas de los nobles? ¿Como consiguió el abad de Sant Cugat blindar Igualada ante el asedio de los señores de su entorno? Si queréis resolver estas y otras preguntas, adentraos en la constelación de historias entrecruzadas del siglo XIII en la Anoia.
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