* Fitxes Anoia *

La Tossa, el balcón de la Conca

Andando un par de minutos desde el aparcamiento de la cima de la Tossa (627 m), se llega al mirador del Salt de la Donzella, desde donde se puede divisar una bonita panorámica de la Conca d’Òdena, junto con los pueblos que la configuran: Òdena, Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y la capital, Igualada. Este mirador es el punto culminante de la Sierra de Miralles.

Puig Aguilera, la atalaya de la Conca d’Òdena

La atalaya natural del Puig Aguilera se sitúa a 625 m sobre el nivel del mar y permite contemplar una magnífica vista panorámica de la comarca de la Anoia. Desde la antigüedad, el hombre tuvo en su punto de mira este bello lugar.

El panorámico Puig Castellar

En lo más alto de la sierra de Ancosa se encuentra el punto más alto de la comarca: el Puig Castellar (944 m), una colina desde la que se divisa una panorámica que hace evidente la denominación del pueblo de salida: la Llacuna.

El pozo de Nafre

Unos metros antes de llegar a Copons, en el pozo Gorg de Nafre, la Riera Gran tiene que vencer un fuerte desnivel, con lo que cae bellamente en una balsa de agua.

Descubriendo los saltos escondidos de Cabrera de Anoia

Nuestro país es pequeño, pero sorprendente.
En la Anoia, cerca del Alt Penedés, encontramos un conjunto de saltos de agua poco conocidos y que son una pequeña maravilla. Nos encontramos en el municipio de Cabrera de la Anoia, donde el torrente de la Bleda es una riera que va desde Canaletas hasta el Bedorc.

Santa Càndia, aventura en el agua

Hay lugares de Cataluña escondidos, olvidados, nada conocidos. Pueden ser poco espectaculares, pero agradables. Orpí es un pueblo totalmente desconocido por el gran público que posee un buen número de estos espacios, como es el caso de Santa Càndia.

La Fou de Tous

En medio de un paraje de secano, en la comarca de la Anoia, encontramos una zona con bosques, espacios húmedos y mucha vegetación en una caminata de poco más de una hora: la Fou de Tous.

La Llacuna, paseando entre bosques y viñas

La Llacuna está situada a 600 m sobre el nivel del mar y tiene una superficie mayoritariamente boscosa de pinos, robles y encinas. Esta vegetación refresca el clima caluroso de verano y la altura media sobre el nivel del mar agrava moderadamente el frío seco del invierno. Las largas paseadas entre bosques y viñas son el principal encanto de este municipio.