Castillo de Queralt

Su construcción es anterior a finales del siglo X. Sabemos que en ese momento el conde de Barcelona se lo vendió al vizconde de Barcelona, y le dijo: “Se encuentra en el extremo de nuestra Marca, tocando por occidente con la España”. Se trataba, pues, de un castillo a primera línea de frontera, encarado al territorio musulmán.

El castillo, que se ajusta a la cumbre rocosa de una colina, conserva buena parte de sus muros perimetrales, de gran altura y perfil ataluzado. En el interior, son reconocibles varias estancias, una cisterna y la iglesia del castillo, Sant Martí.

El castillo permaneció en manos de la familia de los Queralt desde finales del siglo XI hasta el XIX. Los Queralt llegaron a ser un linaje importante, que recibió el título de condes de Santa Coloma a finales del siglo XVI.

En 1032 el castellano del castillo era Bernat Sendred de Gurb, en compañía de Guillem de Mediona. Cuando les llegó la noticia de que los sarracenos habían entrado en el término de Argençola, Guillem salió a detenerla, pero murió en una montaña cercana al castillo de Queralt.