Castillo de Argençola
El castillo se erigió a principios del siglo XI por Màger, un señor que tenía otras posesiones en el sur de la comarca. Se encuentra en lo alto de una colina que domina algunos de los pasos des de la Conca de Òdena hacia la Conca de Barberà y la Segarra. Alrededor de la colina del castillo creció el núcleo de Argençola.
El acceso al castillo está limitado por un muro de contención construido recientemente. El edificio se adaptaba al relieve de la colina, con un recinto superior i uno de inferior cerrado por murallas. En la parte superior se puede ver el basamento de un atorre de planta circular (con un diámetro de 7,30 m) y de dos recintos más, uno de planta irregular y otro rectangular y con cubierta de vuelta de piedra (posiblemente una cisterna). En la parte inferior, hay la iglesia de Sant Llorenç, el edificio originario del cual debía formar parte del recinto del castillo.
Después del primer poseedor, Màger, el castillo pasó por varias manos entre las cuales los Queralt (siglo XIV) y después la familia Argençola, que a inicios del siglo XVIII recibió el título de marqueses, el 1702 Jeroni de Rocabertí y d’Argençola.
El periodo más intenso de la historia del castillo fue el que gira alrededor al de su construcción. A finales del siglo X y principios del XI la Anoia había recibido las incursiones d’Almansor y de su hijo Abd Al-Malik. Por lo cual, el castillo había de permitir asegurar este punto de entrado a los territorios cristianos. A pesar de eso, el año 1032, justo después de la guerra civil que desmenuzó el califato de Córdova en varis reinos de taifas, los sarracenos devastaron el término de Argençola y hicieron muchos prisioneros.