Castillo de Òdena
El castillo de Òdena ocupa un monte privilegiado, ya que es muy fácil de defender. Desde su punto más elevado, además, se puede ver la cuenca de Òdena y varios de los castillos que la circundan. A pesar de que la zona fue conquistada a finales del siglo IX por el condado de Osona-Manresa, no se tienen noticias de la existencia del castillo hasta medianos del siglo X. Con su construcción, se reforzaba la defensa de la cuenca ante las incursiones musulmanas y, al mismo tiempo, se articulaba el control del territorio en manos de los señores feudales.
El castillo se asienta sobre las dos terrazas del monte. En la parte más elevada se ubicaba la parte residencial, así como la iglesia románica de Sant Pere. Esta parte del conjunto se vio muy afectada por la destrucción del siglo XV y, sobre todo, por la explotación de la yesera en el siglo XX. En la parte baja, se conserva parte del tramo norte del perímetro amurallado, con una torre albarrana que defendía la entrada. Se trata de una torre poligonal (de once caras) y cuatro plantas de altura, la más baja de las cuales funcionaba como depósito de agua. Tanto la torre como el tramo de muralla son de finales del siglo XIII y principios del XIV. Este recinto amurallado incluyó todo el núcleo urbano hasta finales del siglo XIX, y todavía se conservan varios edificios.
El castillo se construyó bajo el dominio del condado de Barcelona, que lo conservó hasta finales del siglo XIII. A partir de entonces, el castillo cambió de manos varias veces entre el Casal de Barcelona y los Cardona, que finalmente lo poseyeron desde medianos del siglo XIV hasta el siglo XIX. Por debajo de esta alta nobleza, los castellanos que se ocupaban del castillo también fueron cambiando. Inicialmente, poseyeron el castillo los señores de Pontons y de Arraona, y, posteriormente, los de Òdena. Estos perdieron todos sus derechos sobre el castillo a finales del siglo XIII, en beneficio de los Cardona.
El castillo experimentó los momentos de máxima tensión en el siglo XIII, cuando los señores de Òdena encadenaron una serie de fracasos ante la Iglesia y la Corona. A pesar de ello, fue en el año 1463, durante la Guerra Civil catalana, cuando los ciudadanos de Igualada consiguieron que se demoliera el castillo. A pesar de ello, el núcleo urbano permaneció dentro del recinto amurallado hasta el siglo XIX.
Visita cada cuarto domingo de mes a las 12.00
www.odena.cat